Antes de asesinar a golpes a su hijo, de cinco años, Magdalena Espósito Valenti lo usaba como moneda de cambio para pedirle dinero a Ramón, el abuelo de Lucio Dupuy.
Durante más de un año la madre del niño asesinado lucró con su hijo y lo sometió a castigos físicos.
En ese tiempo, ninguno de los médicos que lo atendieron en distintos hospitales de Santa Rosa y la jueza de Familia que le concedió la tenencia, advirtió que el pequeño era castigado..